miércoles, 23 de febrero de 2011

Dentro hay una Revolución

Desde la séptima dimensión de mi persona, durante una clase de números y de fórmulas, continuo diluyendo mi mente en la imaginación donde todo empieza a fluir libremente: se ha creado una revolución.
Siento el resto de mi cuerpo vivo y activo, noto mi cerebro ágil , galopando por momentos bajo los senderos de mi melena. Pero escucho a medias porque mi locura persigue incesante la proyección de “la última noche” o así la denominamos todos. Imagino un cielo oscuro un viento frio y la luna más ardiente que me haya podido imaginar desde hace siglos. Imagino las sonrisas aflorando y la casa cayéndose a pedazos . El mundo vacio y repentinamente dos almas expuestas la una a la otra. Imagino el tiempo pasando lentamente , y como las miradas se alargan y penetran hasta donde saben llegar , porque saben cómo buscar. Imagino el primer roce después de algún tiempo y la oleada de excitación que lo sigue. Imagino unos labios recorriendo la piel que haya desde una cintura a la otra . Imagino la caricia que como fuego abrasa con sus llamas hasta lo más intimo del ser. Imagino la noche eterna para un corazón que no sabe leer la hora , en realidad no sabe leer . Puedo sentir el amor con el cual llenare mis pulmones esa noche. Puedo sentir el magnetismo haciéndome cosquillas en la yema de mis dedos.
Y mientras que un batallón de imágenes se sublevan en mi interior son las 20:03 y el mundo sigue girando.

1 comentario:

  1. Y todas las noches deberían ser la última noche de forma que se devorara a sí misma, y el día no sería necesario, y el péndulo de Foucault podría dormir. Todo más simple a oscuras.

    Me gusta el blog.

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