jueves, 26 de agosto de 2010

Sin hacer nada

Mis ojos cansados, mi boca dulce, mis manos caídas, se agarran a una mente cegada por una luz blanca por todos los colores del que se puede pintar mi futuro. Se ven delfines en el horizonte redondo y eso es un motivo para sonreír unos segundos, además del olor a curry que se escapa de la cocina, junto con todos los recuerdos que se me de memoria. Pero yo permanezco en la sombras, contando las horas imaginando las mil formas de hacer que estos días restantes sucedan rápido , y así los hago eternos y por ello busco como distraerme y en este intento tropiezo y vuelvo a mirar el reloj y a imaginar lo que me espera , quizás no me espere nada , quizás por una vez todo se reduzca a algo espontaneo , mientras tanto escucho música me hundo hasta las profundidades de cada canción para no pensar …pero el tiempo a veces pesa tanto sobre mi cabeza que no me deja ni un segundo sin respirar.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Mar y Cielo

El agua es transparente aunque este atardeciendo. El cielo se vuelve turquesa debajo del mar, y entre unas rocas, empapada una silueta se pasea mirando al horizonte, el sol de frente, intentando averiguar cuál es límite entre el cielo y el mar. Pasan las horas y el mundo cada vez es más resbaladizo y solo lo iluminan los ojos de esa silueta que camina hacia el borde de la roca, Mira una vez más al infinito y al no encontrar un la línea que separe el cielo del agua, salta. Sumerge todo su cuerpo bajo el mar y la noche abraza su vida, y la envuelve de azul.

sábado, 7 de agosto de 2010

Tierra azul

Una figura al viento, en invierno. Una sonrisa floreciendo debajo de una bufanda.
Un pensamiento que detiene el tiempo unos segundos. Ideas olvidadas pero persistentes.
Palabras, lazos, música, alcohol, y el abismo tentador delante de mis ojos.
Y ese abismo cada vez se hacía más grande y acabe cayendo en él y toque fondo y empecé a cavar, quería seguir indagando, descubriendo mordiendo la tierra que me hacía sentir viva, bebiendo de las gotas de agua que sumergían de las profundidades de un azul tan oscuro.
Avance sin mirar atrás, con dos paredes a los lados con mi mirada fija en un zafiro que me tenia hipnotizada y no podía parar hasta sentirlo deslizar por mi garganta y llego hasta lo más profundo de mi.