viernes, 30 de enero de 2015

No se escribir

No se escribir, perdóname, no se escribir, no se redactar con coherencia lo que acontece. No se escribir, se me escapan las preposiciones y me dejan sin una posición concreta. No conozco mis coordenadas, estas parecen girar, bailar, escaparse, expandirse. No se retener las palabras en un papel, perdóname. No se escribir. La ortografía me observa de lejos negando con la cabeza, me sopla desde allí los acentos que vuelan a mi alrededor y confundo con la lluvia. Los acentos, no se que hacer con ellos, el énfasis está en mi voz. Perdóname, no se escribir, no se seguir una línea recta con mi bolígrafo sobre un folio en blanco, asciende esa línea o desciende. Me gustan los círculos. Las paralelas marcan otros caminos. No se escribir, seguir el hilo de la tinta o del teclado, apenas sigo mi pensamiento. Me interesa más el cuerpo, en él residen otras palabras que no tienen letras.
No se escribir, intento escribir, lo intento es el lenguaje universal que comunica cartas, frases, libros, historias… ¿y si mi historia está en otro lugar muy lejos de las letras, del abecedario convencional? Comprendo que arriesgarte a conocerme desde ese otro lugar, asuste. Aquí estoy si me quieres venir a buscar. Se hablar aunque no sepa escribir, hablo varios idiomas, acércate y me entenderás.
Mientras tanto sin saber muy bien cómo, cómo ahora, escribiré.

 L.G-A.V.

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