miércoles, 4 de noviembre de 2015

Nunca antes mencioné Noviembre

Siempre hice referencia a Mayo, nunca mencioné nuestro Noviembre. Así como Mayo ha sido un nacimiento entre nosotras. Noviembre ha sido y es  nuestro final y me doy cuenta de ello hoy. Noviembre es el momento en el que caen las hojas de nuestro árbol. Hace años yo las agarré con fuerza y las pegaba con alfileres de vuelta a sus ramas, con miedo de que el árbol muriera, se acabara. Y eso estuve haciendo hasta principios de febrero, en su momento, hace tiempo.
Este árbol que ha vuelto a nacer en Mayo, vuelve a marchitarse en este Noviembre y esta vez no pienso sujetar nada, ni una sola hoja. Igual que se caerán las hojas, se caerán mis lágrimas al ver algo tan doloroso, cómo es el árbol que con tanta ilusión alimentamos, alimenté. Esta vez del dolor y la prisa porque se acabe, incluso he zarandeado el árbol para que caigan las hojas más rápido y ya me ha dicho una gata que rondaba cerca en ese momento, que las deje caer a su ritmo, en su baile. Este Noviembre duele ya que miro a este árbol, te miro a ti y me digo que ya no me quedan semillas de este tipo para plantar junto a ti. Y si me quedan algunas, las lanzaré al viento con un beso.
En mi jardín, no quiero plantar otro así. Lo sabíamos desde el principio, que había un gran riesgo de que creciese algo demasiado alto, demasiado rápido. Asumimos el riesgo. Ahora yo decido esto. Decido mirar el otoño lacrimógeno que vivo y embaucarme sola en el Invierno que aguarda.
Me merezco un árbol que duré algo más que 2 estaciones calurosas. Me merezco un árbol que al ritmo que sea, perduré más tiempo.


En la próxima primavera las flores crecerán, pero está vez ya no habrá lirios. Dejaré que me sorprenda Mayo o cualquier otro mes.

domingo, 19 de julio de 2015

PESAR

Ayer por la noche mi mente se disipó y sentía el cerebro esparcido por mi cráneo, derretido y palpitante: lento. Ahí es cuando todo lo que tiene que salir del cuerpo adormecido sale, las luces disparan a los ojos. La mirada gira, el sonido se olvida. Apareció un batido de vainilla a la 1:00 a.m, delicioso. Se me hincho la tripa como un globito de cumpleaños,

-aunque este había sido hace una semana.-

 La pajita era rosa con estrellas blancas, al terminar la limpié y me la lleve a casa. Está en mi bolso, no se que haré con ella. La mesa sobre la que reposaban mis brazos y mis codos era de rayas blancas y rojas, de mirarlas acabé mareada.
Volver a casa, mi cama blanca, el sueño, dormir, cerrar los ojos y acabar con aquel color flúor estridente.

-Eso hice. –

Ahora por la mañana, despierto con la luz azul blanquecina que se desliza por debajo del estor tupido, me gusta ese color, me gusta la sensación de escondite  que me proporciona. Y así me levanto de mi cama y abro las contraventanas y entra el día entero por los cristales, inspiro, quiero más, abro las ventanas y se escucha el corta césped en el patio ajardinado donde el portero de los domingos, cada domingo corta el césped, despacio, arrastrando sus pies.
Mi estómago molesta, se queja, desayunar despacio, sin prisa, caminar mil veces de la cocina a mi cuarto, pocas veces desayuno fuera de mi cuarto.

-Galletas, Té. Té de melón blanco, galletas con pepitas de chocolate, solo he probado el té por ahora, estoy escribiendo.-

 He preparado el té con las manos y me he manchado de hojas verdes y secas la mano derecha me ha gustado la sensación, comer con las manos y los labios y la boca. Y colocar los ojos sobre la comida breves instantes, comer sin mirar, comer con dientes y la lengua y el paladar sentir las mejillas calientes por dentro, moviendo la comida de un lado a otro. Sentir el calor en las yemas de los dedos y apagarlo con mi tacto y mantener la temperatura suficiente entre mis dedos para que al llegar a la boca, apetezca saborear. Agua. Zumo. Vino. Todo frio.

-Quisiera poder olvidarme de las bebidas con gas. –

Comer hablando, riendo. Compartir comida. Compartir la noche. Compartir el calor, la ciudad, el ruido.
Las calles sucias y las calles limpias pasar de unas a otras, todas ardiendo.
Volver a casa de día o de noche o por la tarde,

-echo de menos la lluvia que se llevaría el aire caliente que sopla. Sopla.-

 Volver a casa, a mi cuarto fresco  que ahora huele a agua marina tras un baño de ayer, con velas, incienso, huele muy bien.

-Apetece estar aquí. Por eso estoy aquí. Escribiendo.-

 Escribo y siento que hoy, ahora solo podría estar sola así escribiendo, si no, no podría.
¿Qué hay detrás de esta verborrea? ¿Qué hay detrás de escribir? Nada, todo. Todo  es por su propio peso. Ahora mismo esto pesa. Está siendo y eso pesa, como un recién nacido. 3, 200 Kg. El batido de vainilla, el cerebro desplomado, esparcido entre huesos, el tazón de té, las galletas, la lengua pesa. Las manos. Todo pesa, quizá hoy y ahora, escribir este siendo eso,  medir el peso de la vida.
A una amiga mía le gustan mucho las piedras últimamente, las colecciona, las baña en agua, no pretende regarlas que consté, las piedras no necesitan crecer. Ya pesan. Ya son. Leer, escribiendo esto pienso en Amelie Nothomb, en Marguerite Duras y ligeramente en Gabriel García Márquez. Me inspiran en esto. Me gusta leerles me llena la boca de masa de garbanzos con canela y luego me dan agua y explota en una fiesta en mi pecho. Eso me ocurre al leerles. Soy consciente de que acabo de hacer un NAME DROPPING, elegante. Pesan.

-Escribir hoy, ahora, para mi es Medir y exponer el peso de las cosas. –

Volar es levantar ese peso y alejarlo o elevarlo lejos del suelo, donde están en general las cosas que pesan.
Hoy bañaré mis piedras en agua, como hace mi amiga. Me pondré crema en las piernas, encenderé incienso y ahí cerraré la ventana. El agua marina no la comparto.
 El mar me espera, lo siento muy adentro, me llama. Yo le respondo. Iré en breves. El mar lo sabe y por eso me llama directa al pecho. Grito por dentro, respiro por fuera. Al meterme en el mar entraré con todo mi peso, caeré como una piedra.
-Eso también es escribir gritar por dentro, respirar por fuera e invertir el orden de esas palabras.-
Sentir conscientemente es pesar, es tener peso. Es ESTAR.
Hoy como y bebo
Hoy escribo.
Hoy peso.

Hoy estoy aquí.

lunes, 18 de mayo de 2015

Para que no me olvide de Mayo

Este Mayo simplemente compartimos la madera blanca de la mesa de la cocina. Este Mayo hubo lugar para la complicidad de nuestra conversación, el sonido de nuestras palabras. Este Mayo volvió a suceder tu voz crujiendo y secando las letras, eso si que es excitante y mi sinceridad dibujando los recuerdos y proponiendo sutilmente un presente. Ocurrió el silencio antes de dormir, acostadas en la misma cama, la distancia entre nosotras que tensaba el colchón, esperando a ver quién se dormiría primero. En Mayo sucedió el despertar cómplice, juguetón y brevemente sucedió esa mirada tuya que dispara chipas y ejerce de imán para mi alma que empujaba mi cuerpo hacia ti. Fue tan breve que mi cuerpo permaneció inmóvil y mi corazón jadeante.  
La noche siguiente jugamos, te busqué y me dejaste encontrarte con nuestras manos.
Para que no me olvide de Mayo  en su noche volvieron  fuegos artificiales por el cielo y la estela de sus luces amaino en la cocina. En aquella noche de Mayo se revelaron las verdades, las libertades limpias de pretensiones. En la cocina frente a frente y haciendo esquina las sonrisas, se hizo presente : nuestra conexión fuerte, libre, única. Atrevo a nombrarla irrepetible. Esta pasada noche del mes de Mayo no sucedió. No sucedió el estrépito de nuestras manos acercándose a nuestros cuerpos. No rodaron nuestros ojos sobre nuestros labios, ni estos se mojaron de la otra. No nos penetramos desnudas, no nos amamos de nuevo  al despertar.
No nos hizo falta aquella noche de Mayo. Lo dejamos en la intención silenciosa, en la retaguardia del deseo. 
No nos echamos en FALTA.

En Mayo nos abrimos para la otra, He descubierto que no nos carecemos la una de la otra, que nos sumamos en complicidad, en juego, en amor, en libertad… y por eso  cuando surja lo no sucedido si tiene que ser, sucederá.

Este Mayo  para que no me olvide de él, de los ciclos, del buen sol que siempre vuelve, de nuestra conexión, que florece cada año y que  pocas veces nos ha  dejado dormidas en Mayo. 

domingo, 29 de marzo de 2015

Salvaje

No se va a ahogar, ni siquiera se pondrá enferma. Solo liberará todo su corazón, todo lo que hay de el, todo lo que cuelga de su alrededor, todo lo grande que es. 
Solo quiere liberar su corazón, que se derrame en el agua, en la arena, sobre las rocas que se pierda en la espuma efervescente del mar, quiere hacerse ballena, ella entera reducida a su propio corazón, que bombea cuando rugen las olas y pide adueñarse de su grito, de su voz en resonancia con el viento y la lluvia, en caso de que llueva. En caso de que queme el sol lo mirará de frente, le mostrará su rostro y luego cerrará sus ojos, sintiendo que el sol seguirá ahí. Bendiciendo con su fuego, lo que haga, lo que sea, lo que ella sea.

Todo esto es un plan, que vuela por sus venas, enfriándolas, preparándolas para explotar en contacto con el agua helada. Expandirse en el agua. Correr por ella sentir sus piernas empujando con determinación el movimiento del mar. Salpicar, golpear, sentirse como la sal que se agarrará a sus labios y su cara, que pegará su ropa a su piel y ella sentirá el mar. Sentirá la vida como suya, porque lo será. Su vida será suya. Se reirá a carcajadas ronca por su voz que brotará  de su diafragma y como la furia del mar, ella también conquistará el cielo, la playa, las rocas y acantilados. El eco de su voz llegará a cada rincón de la cala. Ella estará rendida a su naturaleza, abrirá los ojos y se adueñara de lo que vea, abrirá sus manos y se adueñara de lo que toque, abrirá su boca y se adueñara del sabor del mar, del sabor de su piel salada, de su sabor. Abrirá su pecho y su corazón enorme, hinchado por el agua, su corazón en bruto sin ropa irrumpirá en el paisaje tiñéndolo todo de poder. Y entonces dueña de su amor Ella vestida con la ropa mojada y salada de mar, llevándoselo así consigo, tiritando de libertad, volverá , caminando despacio, sintiéndose dueña, sintiéndose acogida por el mundo, sintiéndose en casa.

viernes, 30 de enero de 2015

No se escribir

No se escribir, perdóname, no se escribir, no se redactar con coherencia lo que acontece. No se escribir, se me escapan las preposiciones y me dejan sin una posición concreta. No conozco mis coordenadas, estas parecen girar, bailar, escaparse, expandirse. No se retener las palabras en un papel, perdóname. No se escribir. La ortografía me observa de lejos negando con la cabeza, me sopla desde allí los acentos que vuelan a mi alrededor y confundo con la lluvia. Los acentos, no se que hacer con ellos, el énfasis está en mi voz. Perdóname, no se escribir, no se seguir una línea recta con mi bolígrafo sobre un folio en blanco, asciende esa línea o desciende. Me gustan los círculos. Las paralelas marcan otros caminos. No se escribir, seguir el hilo de la tinta o del teclado, apenas sigo mi pensamiento. Me interesa más el cuerpo, en él residen otras palabras que no tienen letras.
No se escribir, intento escribir, lo intento es el lenguaje universal que comunica cartas, frases, libros, historias… ¿y si mi historia está en otro lugar muy lejos de las letras, del abecedario convencional? Comprendo que arriesgarte a conocerme desde ese otro lugar, asuste. Aquí estoy si me quieres venir a buscar. Se hablar aunque no sepa escribir, hablo varios idiomas, acércate y me entenderás.
Mientras tanto sin saber muy bien cómo, cómo ahora, escribiré.

 L.G-A.V.

domingo, 18 de enero de 2015

El patito feo : una posible explicación sobre el "Bullying"


Os recomiendo ver este video y luego leer mi reflexión sobre el patito feo y el  bullying

https://www.youtube.com/watch?v=R_1-F_i8KKI
(si no podéis verlo desde aqui copiad el link y ponedlo en vuestro buscador)

La historia del patito feo, es una gran metáfora del fenómeno que ocurre en nuestra sociedad en los colegios “bullying”. Los niños y adolescentes que han sufrido bullying, son todos patitos feos, los cuales han aprendido en algún momento de su desarrollo que al ser diferentes no son válidos, su manera de ser no está bien. Esto lo aprenden porque  su estilo de apego inseguro puede ser evitador, por el cual estas personas rechazan tener amigos o acercarse a los demás por miedo a volver a ser heridos o rechazados y si no en el caso del apego inseguro ambivalente, cómo le ocurre al patito feo se atreve a buscar amor a veces y luego ya siente que ni siquiera cuando se acercan a él con amor, ni siquiera entonces puede confiar. A las personas que sufren bullying o han sufrido bullying, les ocurre esto. El bullying sería un trauma que fortalece la comprobación del mensaje grabado a fuego “ no soy válido” recibido durante su infancia en su estilo de apego con sus figuras parentales. Muchas personas que han sufrido bullying pueden hacer disociaciones para desvalorizar o quitarle importancia (cómo por ejemplo decir que fue para tanto, al hablar de ello contarlo riéndose como si fuese un chiste, contarlo en un tono de voz neutro)a esa experiencia traumática en la que por ser quién eres no mereces amor, incluso mereces represalias y que te hagan daño, cómo le ocurre al patito feo cuando su madre le regaña por seguirles mientras nadan en el rio. Estas personas que han sufrido bullying y cargan con esta experiencia traumática en su madurez, tienen un estilo de apego no resuelto, donde su Personalidad Aparentemente Normal* busca acercarse a los demás y tener relaciones interpersonales, pero cuando están demasiado “cerca” se despierta su Personalidad Emocional* y reactiva el MIEDO al rechazo a ser herido y traicionado. Muchas personas son el blanco perfecto para ser víctimas del bullying ya que transmiten con su actitud “débil” y “diferente” a través de su postura corporal, su manera de comunicarse, cómo si estuvieran pidiendo perdón por existir, esta actitud proviene de la siguiente sensación vital: MI PADRE/MI MADRE NO ME QUERÍA POR HABER NACIDO, POR SER CHICA/O, POR NO PARECERME FISICAMENTE A ELLA, POR NO SER CÓMO SE ESPERABA. En el video del patito feo, puedo observar, que sus padres no se esperaban que naciera, que al nacer se habían enfadado y que al ver que no era un polluelo como los demás se habían recriminado entre ellos e intentan ignorar al patito feo. Las personas que sienten que sus padres no querían tenerle como hijo, no se esperaban su nacimiento, que su existencia iba a ser una carga, son personas que desesperadamente buscan amor o lo rechazan completamente ¿Si no me queréis tener como hijo, para que me hacéis vivir? Personalmente creo qué esa es su herida y su trauma fijado, en el momento de su nacimiento, al igual que les ocurre a las personas que al nacer no cumplen las expectativas de sus padres, no están sanos, no son del genero que ellos esperaban, son demasiado flacos,gordos..etc. Estás personas tienen un trauma fijado en una edad muy temprana y la disociación en este caso es muy potente y solo se puede acceder a ella a través de recuerdos sensoriales , cuando la persona esté  realmente preparada para ello. Probablemente el patito feo del video, cuando crezca y sea un bonito cisne, no recuerde sus primeras experiencias, es más puede ser que las haya sanado al recibir el amor de sus iguales las crías de cisnes y haber sido acogido en entre las alas de Mamá cisne. El patito feo se lanza a confiar en ellos y esto no es tan fácil en la realidad. Cuando uno tiene un trauma tan temprano y tan arraigado es difícil lanzarse a confiar por mucho que el amor que se nos brinda sea seguro, ahí nuestra PE se activa otra vez.

·      *PERSONALIDAD APARENTEMENTE NORMAL  : las víctimas de experiencias traumáticas están fijadas a tratar de seguir adelante con su vida normal y, por tanto, dirigidas por los sistemas de acción asociados a la vida al tiempo que evitando los recuerdos traumáticos.
·      *PERSONALIDAD EMOCIONAL: las víctimas estás fijadas al sistema  o subsistemas de acción que se activaron en el momento de la traumatización.

“EL YO ATORMENTADO” Onno Van der Hart, Ellert Nijenhuis y Kathy Steele.