Este Mayo simplemente compartimos la madera blanca de la mesa de la cocina. Este Mayo hubo lugar para la complicidad de nuestra conversación, el sonido de nuestras palabras. Este Mayo volvió a suceder tu voz crujiendo y secando las letras, eso si que es excitante y mi sinceridad dibujando los recuerdos y proponiendo sutilmente un presente. Ocurrió el silencio antes de dormir, acostadas en la misma cama, la distancia entre nosotras que tensaba el colchón, esperando a ver quién se dormiría primero. En Mayo sucedió el despertar cómplice, juguetón y brevemente sucedió esa mirada tuya que dispara chipas y ejerce de imán para mi alma que empujaba mi cuerpo hacia ti. Fue tan breve que mi cuerpo permaneció inmóvil y mi corazón jadeante.
La noche siguiente jugamos, te busqué y me dejaste encontrarte con nuestras manos.
Para que no me olvide de Mayo en su noche volvieron fuegos artificiales por el cielo y la estela de sus luces amaino en la cocina. En aquella noche de Mayo se revelaron las verdades, las libertades limpias de pretensiones. En la cocina frente a frente y haciendo esquina las sonrisas, se hizo presente : nuestra conexión fuerte, libre, única. Atrevo a nombrarla irrepetible. Esta pasada noche del mes de Mayo no sucedió. No sucedió el estrépito de nuestras manos acercándose a nuestros cuerpos. No rodaron nuestros ojos sobre nuestros labios, ni estos se mojaron de la otra. No nos penetramos desnudas, no nos amamos de nuevo al despertar.
La noche siguiente jugamos, te busqué y me dejaste encontrarte con nuestras manos.
Para que no me olvide de Mayo en su noche volvieron fuegos artificiales por el cielo y la estela de sus luces amaino en la cocina. En aquella noche de Mayo se revelaron las verdades, las libertades limpias de pretensiones. En la cocina frente a frente y haciendo esquina las sonrisas, se hizo presente : nuestra conexión fuerte, libre, única. Atrevo a nombrarla irrepetible. Esta pasada noche del mes de Mayo no sucedió. No sucedió el estrépito de nuestras manos acercándose a nuestros cuerpos. No rodaron nuestros ojos sobre nuestros labios, ni estos se mojaron de la otra. No nos penetramos desnudas, no nos amamos de nuevo al despertar.
No nos hizo falta aquella noche de Mayo. Lo dejamos en la intención silenciosa, en la retaguardia del deseo.
No nos echamos en FALTA.
En Mayo nos abrimos para la otra, He descubierto
que no nos carecemos la una de la otra, que nos sumamos en complicidad, en juego,
en amor, en libertad… y por eso cuando
surja lo no sucedido si tiene que ser, sucederá.
Este Mayo
para que no me olvide de él, de los ciclos, del buen sol que siempre
vuelve, de nuestra conexión, que florece cada año y que pocas veces nos ha dejado dormidas en Mayo.
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