Estas siguientes palabras pretenden describir el sabor que se siente en tu
pensamiento cuando vas a ver por primera vez esta obra de teatro. Estas
palabras que siguen quieren arrojar la idea que se hace consciente al ir a ver
por segunda vez esta historia psicológica.
Las próximas palabras quieren dar una pincelada de cómo te sientes
identificada (como mujer)en algo, en algún momento durante la tercera, cuarta o
quinta vez que vas a ver “Quédate Quieta”. Esto último no significa que sea
una obra dirigida exclusivamente a mujeres, más bien , de estar dirigida a
alguien, sería lo contrario, ya que los hilos psicológicos que envuelven,
sostienen y conducen toda la representación están bien estudiados y captan la
esencia del maltrato.
La primera vez que fui a ver “Quédate
Quieta” el aire me iba faltando más intensamente y sentía asombro, admiración y
por debajo como psicóloga, como persona,
como espectadora sentía el dolor, la maldición, los roles, cada emoción
profunda que Verónica Fernandez transmitía con una mirada, un grito, una
palabra, un gesto o silencios. La belleza de la combinación de baile y
actuación.
La música y el sonido que acompañan cada
escena, lleva tu atención al escenario, te abre las compuertas de la mente a
escuchar lo que está sucediendo ante tus ojos. Sali con la boca abierta, con la
boca con un sabor duro, fuerte y seco. Necesitaba digerir aquello… asi que
volví.
La segunda vez que fui a ver “Quédate
Quieta” saque nuevas conclusiones, pude saborear con más detenimiento algunos detalles, como la
sintonía con la que se movía Jorge Caro, su capacidad camaleónica y cambiante
según el momento de la obra. Nuevas
escenas habían sido introducidas que daban una mayor conexión en la historia,
en el suceso, en el entendimiento de la realidad de lo que es el maltrato a
nivel físico (la invasión, la violencia y agresividad ), psicológico(las
creencias, los roles, la infancia y las decisiones tomadas en esta como esquema
vital, la identidad), sexual( la estigmatización del sexo femenino como algo malo y peligroso) y espiritual (que no religioso). Realmente era un
espectáculo brillante y necesitaba más, tomé la decisión de ir cada vez que la
representasen en Madrid.
Mis últimas 3 veces han tenido la magia,
la expectativa, la sorpresa y la sensación de “primera vez” y eso es lo que
difiere un espectáculo bueno de uno
normal o mediocre. Un espectáculo, obra de teatro, danza, baile, película o libro
es bueno cuando no importa la cantidad de veces que lo veas, siempre sacas
conclusiones, sensaciones nuevas. “Quédate Quieta” es una obra de teatro viva ,
que evoluciona en cada representación, que se transforma y mantiene su esencia
porque los actores sienten, viven , ponen todo de si mismos en ella. Es una
historia psicológica contada a través de las metáforas, de la realidad más
cruda, de la danza y la compenetración de los actores. Aprendes mucho sobre ti misma. Será por mi
experiencia personal, por mis vivencias por lo que me siento identificada con
la psicología que subyace a la obra, por tantos roles aprendidos que no hacen
más que limitar nuestro verdadero yo.
Eso lo entiende a la perfección Ramón Maqueda, director de la obra, y tiene la
capacidad y la habilidad para crear y dirigir “Quédate Quieta” de tal manera
que transmite exactamente lo que nos genera en nuestro interior un caso de
maltrato. “Quédate Quieta” sabe jugar con el espectador, y te hace sentir
espectador a ratos , otros momentos es imposible no sentirte parte de la
historia. Es una obra que te apunta a ti y provoca una auto indagación en ti mismo.
Me llevo a casa reflexiones propias al asistir a la ultima
representación como “ Cada vez que el hombre mueve a la mujer la construye, la
impulsa, la obliga, la hace ser. Sin embargo cuando la mujer mueve al hombre le
admira, le arrulla, se ofrece a él. Ambos roles les limitan, los sujetan, no
les dejan libres.” “Ella de color blanco, abierta a la emoción, a sentir , a
entregarse, él de negro cerrado, infranqueable” “ El público se ríe, se deja
llevar por lo cómico e infantil, inocente que resulta en un primer momento y
luego se produce un silencio implacable porque la verdad, la crudeza se muestra
debajo de la inocencia”
“En lo sutil se encuentra lo crudo,
bruto, lo real en una danza, una mirada, una frase, un grito”.
`Para concluir quisiera agradecer a la
compañía The Sitting Room su trabajo, esfuerzo y apertura a los cambios y
sugerencias del público, así es como se mantiene vivo y mágico un espectáculo
tan interesante y de aprendizaje para nuestra sociedad.
¡Os deseo todo el éxito!.
Lucrecia García-atance Villalonga
Lucrecia García-atance Villalonga