"ContraHistoria" Un relato de esos que te gustarían a ti.

Necesito estar sola , no quiero abrazos ni miradas , quiero estar sola , conmigo , con mi dolor , con mis sueños y mis pensamientos, quiero flotar a través de mi misma y del mundo y quiero hacerlo sola. Necesito conectar , expresar , usurpar y beber de alguna persona que me desee y me quiera seducir , de una persona nueva y desconocida , que quiera escucharme gemir , que quiera sentirme dentro de sí. Soy una contrahistoria , , es decir contradictoria pero bajo mis propios susurros. Este fin de semana mi casa se ha vaciado de familias y se ha llenado de negociantes raros , me los he cruzado por el pasillo y a ratos en la cocina. Están planeando algo grande tan grande e importante como cada caja llena de sándwiches club que hay en mi salón , me han dejado probar uno y estaba delicioso. Me ha gustado tenerlos todo el fin de semana ocupando mi casa , necesitaba convivir con extraños que me dejasen flotinear por mi casa por la noche y de día sin preguntar. He estado conmigo misma sola arrullada por el dolor que se encoje por dentro , pero aún así no sé muy bien que ha sido pero algo me ha arrancado una sonrisa desde lo más profundo. Me ha gustado dormir este fin de semana y en general me gusta dormir desde hace dos meses , porque estoy reconstruyendo la ciudad de mis sueños. No lo llamo el mundo de mis sueños porque suena demasiado grande y yo no soy un gigante. Con una ciudad me basta. Desde las casas y hoteles biarritzianos , mi cuarto y su cama llena de curvas diferentes. El agua y la presencia de esa amiga mía de la infancia , pasando por lugares ibicencos , fiestas en Serrano esquina Goya y aventuras en desiertos con sus tanques y esos besos …como ese mensaje con una cascada de besos desde el corazón del sur de Italia. Hablare más de esta ciudad en otro momento. A pesar de todo es reconfortante que haya llegado la primavera aunque sea bajo la lluvia y el viento. Entre un lago lleno de cisnes , una dama navegando por Venecia y el caos de Ana cada vez me gusta más imaginarme mi cocina con ese escaloncito enfrente de la nevera , esas sartenes pringadas de chocolate , y el suelo enfrente de la puerta de entrada lleno de paja . Los negociantes raros desde luego han dejado rastro. Pero bueno ya se irán borrando las huellas para cuando llegue el señor de la casa. http://www.negociosraros.com/