El sol cae sobre la tarde,
Y adormece mi latido, con el sonido del
viento que se lleva mis pisadas.
Su brisa me murmura al oído,
Lo que tu mirada esconde tras los
cristales…. de alegres ventanales.
El humo se dispara en una bocanada
Y en el, saboreo tu beso,
De fruta madura y hielo.
Tu frialdad caliente me produce un
escalofrío,
Que desemboca en oleadas de deseo en mi
vientre.
Anticipo algo latente,
En el rincón más intimo de mi cuerpo.
Ya… no me dejes escapar,
Encuéntrame entre tus piernas, entre tus
dientes…
Encuéntrame en mi ausencia.
Permanece en el recuerdo conmigo,
Recuerda la fuerza de mi silencio en tu
nuca.
Embriágame con tu amor tóxico,
Intoxícame,
Desnúdame por dentro
Y vísteme la boca con tus labios.
Mírame con o sin miedo,
Mejor tiembla por tenerme cerca.
Muérdeme cuando menos me lo espere,
O espérame y te muerdo.
En mi pecho explota una sinfonía,
Que grita, te grita
“¡Devuélveme lo que es mío!”
“O hagamos lo nuestro”
Sin “entre tantos” que el sol ya se ha
desvanecido.
Sara Fernandez del Castillo
Lucrecia García-Atance Villalonga