CUENTOS PARA ESCAPAR DEL MIEDO
El miedo mengua y crece a medida que voy vaciando los pozos
que hay dentro de mi de arena. El arena se amontona a mi derecha y a mi
izquierda. El arena seca, sorprendemente seca viniendo de las profundidades de
mi persona.
El miedo negro y grumoso que me asusta y me protege. Se
hincha, me salpica, se yergue ante mi y gruñe y luego por las noches silva…
El miedo se desproporciona, se hace enorme, gigante,
inmenso…me hace llorar. Se desproporciona, mis manos no pueden sujetarlo y mi
cabeza se paraliza… y todo lo que queda de mi quiere esconderse entre unos
brazos. Y esos brazos no están, porque el miedo sabe cuando aparecer y atacar.
El miedo brota y enseguida se vuelve en un torrente , alzándose ante mi. En
proporción me siento tan pequeña ante un miedo tan desproporcionado,
inoportuno, que me deja fuera de tono, fuera de sitio…fuera de contacto.
Y entonces me queda una vía de escape en el papel y las
historias y voy a escribir cuentos para escapar del miedo cuando esté sola.
“La ballena y el caracol en el desierto”
“Los peces del cielo reflejados en el mar”
“La tortuga emocional”