Una figura al viento, en invierno. Una sonrisa floreciendo debajo de una bufanda.
Un pensamiento que detiene el tiempo unos segundos. Ideas olvidadas pero persistentes.
Palabras, lazos, música, alcohol, y el abismo tentador delante de mis ojos.
Y ese abismo cada vez se hacía más grande y acabe cayendo en él y toque fondo y empecé a cavar, quería seguir indagando, descubriendo mordiendo la tierra que me hacía sentir viva, bebiendo de las gotas de agua que sumergían de las profundidades de un azul tan oscuro.
Avance sin mirar atrás, con dos paredes a los lados con mi mirada fija en un zafiro que me tenia hipnotizada y no podía parar hasta sentirlo deslizar por mi garganta y llego hasta lo más profundo de mi.
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