Últimamente siento
que mirar hacia mi , hacia dentro es como meterme en la madriguera del conejo
de Alicia en el País de las Maravillas , es un lugar sin gravedad , en el que la lógica dictamina que estoy cayendo , yendo hacia abajo , cuando mi posición
realmente es estática y de pronto hay muebles
,pensamientos , libros, emociones y
regaderas que van apareciendo de una manera que a primera vista parece
completamente inverosímil. Como todas esas cosas son las que se mueven hacia
arriba y yo no estoy sobre una superficie , sino suspendida en el aire , la lógica me lleva a la conclusión de que ellos suben y yo bajo. Cuando miro
hacia mi misma y me sumerjo en mi madriguera , en el primer vistazo hacia
dentro , creo estar profundizando en mí , cuando en realidad no es así . Simplemente
miro y los pensamientos , sentimientos y emociones que estén más cerca de la superficie de ese pozo , salen , aparecen y se hacen presentes .La primera vez que me ocurrió esto, concluí que había profundizado en mi. Lo he llegado a
hacer millones de veces y varias de ellas , luchando contra esa falta de
gravedad para poder ir más al fondo de la madriguera. Y después de arduo
trabajo , nadando en un aire cargado y con olor a tierra , he conseguido llegar un poco más al fondo.
En el fondo de la madriguera dormían respirando hondo
emociones sin vergüenza , pensamientos minusválidos y sentimientos que aún no
se han despertado pero al ser sonámbulos a veces asustan , sorprenden ,
complacen e inquietan …según lo que estén soñando. Estos pensamientos ,
emociones y sentimientos están apilados unos encima de otros formando columnas largas que llegan hasta donde se remontan mis memorias , las conscientes e inconscientes .
Despertar a todos ellos de golpe sería EL CAOS. Se derrumbarían las columnas que constituyen los pilares que me dan forma. Po lo que lentamente y con cuidado he ido despertando los que se encuentran en lo alto de las columnas.
Despertar a todos ellos de golpe sería EL CAOS. Se derrumbarían las columnas que constituyen los pilares que me dan forma. Po lo que lentamente y con cuidado he ido despertando los que se encuentran en lo alto de las columnas.
Es reconfortante sin embargo escuchar que tras las paredes
de esa madriguera hay unos latidos que retumban fuera.
Cuando entro en la madriguera y simultáneamente camino por la calle , me
fascina darme cuenta de que yo tengo un mundo aparte , un mundo adentro en el que el tiempo ,
los años , el espacio , los centímetros que se convierten en millas infinitas
se disocian del mundo externo cuando quieren y como quieren. Y pensar que cada
persona con la que me cruzo tiene otro mundo suyo con otros tiempos y otros
espacios , resulta grandioso. Pensar que si nos miramos todos en conjunto
debemos ser algo parecido a muchísimas galaxias.