Existen dos manos y un viento.
Dos manos cuyo movimiento se transluce cuando el cielo se
tapa con sus besos blancos que tapan su azul. Dos manos que están fuera y no se
bien si están ahí para nosotros. Un viento fuerte y según lo que dibujen los
labios es gélido o cálido.
Existen dos manos invisibles y un viento que únicamente sopla
por la espalda.
Esas almas naturales , esas almas desnudas decoradas por sus
propias sensaciones, tatuadas con sentido , esas almas de colores, no son ni
elevadas ni exquisitas. No hay razonamiento abstracto , de haber un razonamiento
, sería un razonamiento vivo. Esas almas que toman el mundo como una delicia
inagotable, la mastican , la saborean , y al oír los sonidos de sus bocas
disfrutando , te dan hambre. Esas almas
que cocinan en cualquier sitio e
inundan tu olfato con especias. Esas almas que cantan mientras comen , que ríen
y beben justo al tragar un bocado, esas almas que comen con sus manos para no
quemarse los labios.
Esas almas que indiscriminadamente te invitan a su mesa , a
su suelo , a sus tejados.
Esas almas sienten las dos manos invisibles más que nadie ,
entienden sus caricias y golpes sin saberlo , porque simplemente viven su tacto, con ese instinto , ese impulso
de iluminar el mundo , sin hacer nada más en él , que darse a si mismas. Se
comparten entre ellas se juntan , se mezclan .
Esas almas también tienen infierno.
Son esas almas las que llevan innato el ritmo del viento y
saben balancearse en él , saben bailar con él y dominarlo, aunque estén bajo su
poder. Esas almas que ruedan y trotan por historias que no son suyas , esas
almas que te lo explican todo , esas almas que se marchan pintando cada calle.
Esas almas que convierten las ciudades en un caleidoscopio y te marean al girarlo , porque no puedes
entenderlo, ¿cómo puede haber orden y caos al mismo tiempo? A ti te han
enseñado a pensar , esas almas no saben pensar , conciben todo directamente y
lo provocan , lo alimentan , lo trastocan , para seguir viviendo.
Quiebran nuestros pensamiento , nuestra comprensión y nos
dejan , en ese preciso momento… nos dejan. Sin darnos una oportunidad para
entender , estamos empeñados en entender. No destrozan ni destruyen solo abren rendijas
en nuestra cabeza para dejar correr el aire. Esas almas poco tienen que contar
, ellas solo hablan, su idioma es la elipsis.
Huyen dichas almas ,
huyen del aprendizaje , de nosotros ,
huyen aún habiéndonos deslumbrado , regalado sus colores , no quieren ni el
agradecimiento , de los que alguna vez nos hemos dado cuenta de que han estado con nosotros .